QuéPasaColima.- Cuando inicié la adolescencia hace unos
cuantos ayeres y comencé mis primeros
flirteos con el sexo masculino mi mamá ya había hablado conmigo sobre sexo pero
desde el punto de vista que a ella misma
le habían inculcado y que era el que conocía. El rollito que nos decían
generalmente en esa época era que tu virginidad era algo importantísimo, que no
podía ser con cualquiera si no con alguien muy especial, necesariamente con
alguien a quién amaras muchísimo y estaba implícito que debía ser con alguien
con quién ya fueras a tener una relación estable, entiéndase matrimonio.
Entregarle tu
virginidad a cualquier hijo de vecino era imperdonable, la vida te daría una
lección causándote toda clase de tragedias empezando porque si te habías
equivocado en tu elección y finalmente le habías dado esta solemne “primera
vez” a la persona incorrecta cuando conocieras a la persona correcta ya no
tendrías que darle. Además de llegar sin “regalo” a esa relación, el príncipe
azul en cuestión te echaría en cara por el resto de sus vidas el que él no
había sido el primero.A los 15 años encontrar y elegir a “el correcto” se veía
muy complicado. Pero además el mensaje era que todos los hombres del mundo
tenían la meta de acostarse con una y utilizarían cualquier técnica de
seducción para salirse con la suya.
Eso me parecía la
peor de las desgracias y desató una paranoia en mi interior. Cuando por fin
tuve mi primer novio estaba tan preocupada de que no “se aprovechara” de mí que
le puse como condición ser novios pero sin besarnos. Lógicamente esa regla duró
lo mismo que duraba una de las películas que veíamos en la sala de mi casa .Seguramente
los dos moríamos de ganas de hacerlo, era mi primer amor con toda la intensidad
que eso implica y yo estaba 100% segura de que nunca podría volver a amar a
alguien de esa manera. Pero nunca lo hicimos. Los dos teníamos tantas amenazas
y advertencias encima que nos dedicamos a tener la relación más inocente del
universo hasta que finalmente terminó.
Un buen día mi papá
(sí, mi papá del sexo masculino) me invitó a tomar un café con la idea de que
habláramos del tan vetado tema sexual. Palabras más palabras menos el “speech”
paterno fue: Mira tú ya estas más grande, en algún momento decidirás tener
relaciones con alguien y es importante que consideres una serie de cosas ,Mi
primera reacción fue el ofenderme ,le dije que yo no tenía relaciones con mi novio
y que ya sabía que no debía hacerlo porque si no era “el bueno” pagaría mi
error por toda la eternidad y cuando conociera “al bueno” este me lo echaría en
cara y yo ardería en las llamas eternas del infierno. Mi papá que es un señor
muy inteligente casi se cae de la silla. Me preguntó que de donde había sacado
tantas tonterías? ante mi mirada atónita. Y en resumen me dijo…
1 La virginidad se
inventó como una manera de controlar a las masas. Antes no existían los
anticonceptivos y no era posible que todas anduvieran teniendo hijos cada 15
minutos así que se inventaron la virginidad para controlar la reproducción y
por ende la vida sexual de las mujeres por que en aquella época no había
pruebas de ADN y la paternidad en realidad era un acto de fe , uno no sabía si
el niño realmente era suyo, los hombres estaban en la guerra o trabajando y las
mujeres se quedaban por meses solas.
2 Es una leyenda
urbana eso de que los hombres se dan cuenta por la ruptura del himen si eres
virgen o no. Ni que fueran ginecólogos. Además el himen varía de mujer a mujer.
Algunas efectivamente sangran en su primera relación sexual y otras no aunque si
sea su primera vez.
3 Si estas con un
hombre que le de valor a esas cosas y te reclama que no es tu primera vez hazme
el favor de mandarlo al diablo porque entonces es un imbécil y para que quieres
entablar una relación con un imbécil?
4 Otra de las razones
para perpetuar el mito de la virginidad es que si eres un insegurito de primera
y la mujer con la que te acuestas no ha tenido relaciones sexuales no tiene con
quién compararte. Así las mujeres nunca saben si están disfrutando o no, si el
sexo las satisface o no porque no tienen punto de comparación.
5 Lo único
importante de este tema es que te cuides. Hoy hay mil métodos de anticoncepción
y embarazarte siendo una adolescente o cuando no quieras va a complicarte la
vida muchísimo. Con una visita al ginecólogo te puedes ahorrar años de
problemas y complicaciones y así tus planes y proyecto de vida no se verán
truncados.
6 Hay una cantidad
impresionante de enfermedades de transmisión sexual, ( en aquella época lo que
más les preocupaba era el sida) así que es vital que te protejas.
Salí de ese café
sintiéndome dueña de mi vida y de mis elecciones, después me dedique a propagar
las buenas nuevas entre mis amigas y familia con la consecuencia de que mucha
gente esperaba quemarnos como a las brujas a mi moderno papá y a mí. Pero esa
conversación me marco, nunca nadie más decidiría por mí. Yo tenía el poder de
hacer con mi vida y cuerpo lo que quisiera porque para eso es mío. Nunca más
aceptaría que alguien me dijera como debía amar, vivir, relacionarme o sentirme
respecto a mí misma.
A veces creo que
los tiempos han cambiado y los adolescentes podrían darnos la clase a los
adultos. A veces me sorprende que muchas y muchos siguen recibiendo la
información confusa y llena de miedos y prejuicios. Me impacta que aún hay
muchas mujeres que siguen creyendo que los dueños de su vida y sexualidad son
el estado, la iglesia o un hombre. Y nunca deja de sorprenderme que aún hay
hombres y mujeres interesados en perpetuar estas falacias pagando todos tanto
hombres como mujeres el precio que el no cuestionar determinadas creencias
implica.







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